El año era 1984 y la Fórmula 1 inauguraba un Mundial con la expectativa sobre la batalla entre Lauda, Prost y Piquet, así como la batalla entre los gigantes Ferrari, Williams y McLaren. Pero pocos imaginaban que una estrella en ciernes haría su primera aparición en la parrilla.
Ayrton Senna da Silva era la nueva incorporación para aquella temporada, luego de ser campeón en todas las categorías de monoplazas en las que había participado, incluyendo la prestigiosa F3 Británica, y con buenas impresiones en pruebas invernales que realizó con Williams.
Pero al correr para el modesto Toleman Group, no se esperaban resultados excepcionales, porque en tres temporadas de participación, la escudería sólo sumó diez puntos. A esto se suma que Senna, como todo novato, iba a tener un duro camino cuesta arriba, en su caso al abrir la campaña con el modelo TG183B de 1983, porque el nuevo estaría listo meses más tarde.
EL ESTRENO
Así fue como llegó su momento de debutar en el Gran Circo, pocos días después de cumplir 24 años de edad. El marco no pudo ser mejor porque lo hizo frente a su público en el Autódromo Jacarepaguá de Río de Janeiro, compartiendo pista con su compatriota, y campeón reinante, Nelson Piquet.
La primera impresión no fue mala, pero tampoco espectacular, al calificar en el lugar 16 de una parrilla de 26 coches; si bien su Toleman-Hart acabó a lejanos cinco segundos de Nigel Mansell y su Lotus Renault, superó por casi dos segundos a su coequipero, el venezolano Johnny Cecotto, quien ya tenía un año de experiencia en la F1.
Domingo 25 de marzo, día en el que el Gran Premio de Brasil abría el telón del campeonato. Senna estuvo a punto de perderse el arranque por una fuga de combustible, como consecuencia de un cambio en las reglas que prohibían el repostaje y, por tanto, los equipos tenían dificultades para adecuar los tanques a fin de que duraran una distancia completa.
Por fortuna, los mecánicos de Senna arreglaron la falla y tomó la salida, llegando a correr en la posición 19, pero un problema en el turbocargador en el motor de cuatro cilindros lo obligó a abandonar tras completar ocho giros. Quizá el resultado era esperado, pero muchos vieron algo especial en el joven Senna.
EL SALTO A LA FAMA
Su primer año en la máxima categoría tuvo todos los altibajos posibles: entre lo bueno está que calificó y terminó en sexto sitio en apenas su segunda carrera, celebrada en Kyalami, Sudáfrica, con lo cual obtuvo su primer punto, toda una distinción en la época.
Repitió este resultado en Zolder, Bélgica, esta vez remontando desde la ubicación 19, nada mal para manejar un auto cuyo ciclo de vida ya había expirado. Llegó el contraste en Imola, cuando no calificó al Gran Premio por una falla similar a la que sufrió en su debut. El modelo TG184 llegó en la ronda siguiente, en Dijon, Francia, aunque un nuevo problema de turbo le generó otro abandono.
Pero la cita en Mónaco del 3 de junio de 1984 lo lanzó al estrellato y al inicio de una trayectoria histórica hasta nuestros días. Si viste el documental Senna de Asif Kapadia, recordarás el escenario: una lluvia torrencial, bajo la cual las calles eran más traicioneras de lo normal. Tras arrancar en el lugar 13, se adaptó rápidamente a las condiciones para hacer una remontada espectacular, además de recortar de manera vertiginosa su diferencia ante Alain Prost.
Parte de esto fue gracias a que fue la primera carrera en la que Toleman utilizaba neumáticos Michelin, los más competitivos en ese momento. Parecía que nada podía detener su marcha hacia la primera victoria… hasta que la carrera se suspendió tras 31 vueltas y, por regla, se tomó como resultado final el orden del giro anterior. A Senna se le acreditó el segundo lugar, pero ganándose el respeto de aficionados y rivales.
UN AÑO EXTRAÑO
Senna finalizó el Mundial de Pilotos en novena posición, la peor que consiguió en diez temporadas de tiempo completo, pero siendo “el mejor del resto ̈, es decir, quedando atrás de los pilotos de McLaren, Ferrari y Lotus. Además de Mónaco, cosechó podios en Brands Hatch, Reino Unido, y en Estoril, Portugal, ambos de tercer lugar; estos tres podios fueron los únicos que Toleman obtuvo en su historia. Además se perdió la cita en Monza, Italia, por decisión del equipo, ya que su salida hacia Lotus era inminente y no del todo agradable para sus jefes en curso.
Pero el prólogo de una década de magia ya estaba escrito. Hoy, a 40 años de su debut, Ayrton Senna no deja de ser un modelo a seguir en el deporte, en todos los niveles, así como en la sociedad brasileña.