Volvo sigue adelante con su plan de instalar una fábrica de camiones pesados de 700 millones de dólares en Monterrey, México, afirmó el presidente ejecutivo Martin Lundstedt, a pesar de que el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump amenaza con imponer aranceles a las importaciones de vehículos procedentes de nuestro país y otros bienes.
El grupo, que posee las marcas Volvo Trucks y Mack Trucks, ha fijado como prioridad estratégica el crecimiento en Norteamérica, que representa alrededor del 30% de los ingresos de la compañía, por lo que la planta comenzaría a operar en 2026.
Se espera que la fábrica entregue vehículos a Estados Unidos. Estados Unidos, México y Canadá, así como a varios mercados de América Latina.
El proyecto de México está en una «etapa inicial en curso», declaró Lundstedt en el marco del CES 2025, agregando que Volvo tiene opciones para utilizar la planta para ventas fuera de Estados Unidos.
«Esto no reemplaza nuestras instalaciones estadounidenses», afirmó.
Dependiendo de lo que pase con el caso de los aranceles, la fábrica de Volvo en México podría o no enviar camiones a Estados Unidos, agregó el directivo, al tiempo que el grupo sigue invirtiendo para ampliar la capacidad de sus plantas localizadas en los estados de Virginia, Maryland y Pennsylvania.