La Asociación Mexicana de Blindadores de Automotores (AMBA) cumple 25 años en 2025, manteniendo su compromiso para estar a la vanguardia para proteger la vida de los conductores y sus familias.
El organismo a diez empresas afiliadas que, en su conjunto, producen el 70 por ciento de los sistemas de este tipo que se comercializan en México. A su vez están asociadas con fabricantes como BMW, Toyota, Land Rover y Audi, entre otros.
Todas salvaguardan sus procesos de producción, adaptándose a los adelantos tecnológicos nacionales e internacionales, que le permiten aplicar una protección integral de alta calidad y total eficiencia. Asimismo, certifican procesos como la calidad, técnicas aplicadas y servicios de post-venta.
«Es una industria que se vuelve importante, es muy de nicho, pero se vuelve importante en el país, sobre todo porque realizamos una actividad con vehículos de alto valor», comenta Esteban Hernández, presidente de la AMBA, en entrevista.
«Desafortunadamente los blindajes, por más que tratamos todos los materiales sean importados, son vehículos de muy poco volumen, entonces no hay curvas de cantidades importantes que nos ayuden a bajar los precios, pero sí creo que aportamos de alguna manera a nuestro granito de arena en la economía».
Karnaf, vehículo del Ejército (FOTO: Eduardo Olmos)
La industria del blindaje genera hasta 10,000 empleos directos, gracias a que hay 130 empresas registradas en el país. Las que pertenecen a la AMBA son Autosafe, Auto Werk, Ballistic Group, Blindajes EPEL, Centur Blindajes, Global Armor, Protelife, Total Shield, TPS Armoring y WBA Blindajes Alemanes, que trabajan bajo los principios de integridad, funcionalidad y estética.
Todas producen su tecnología con base en la Norma Oficial Mexicana NOM-142-SCFI-2000, la clasificación del Instituto Nacional de Justicia de Estados Unidos, de la Unión Europea y Alemania, abarcando clasificaciones de Nivel 2 hasta 5, en cuanto a autos particulares, o de hasta Nivel 7 cuando se trata de vehículos de uso exclusivo del Ejército. De hecho, el 65 por ciento de las solicitudes es de grado Nivel 3, que se enfoca en la delincuencia urbana.
Algunas compañías, como Auto Werk, tienen plantas en el país, y se mantienen a la vanguardia tanto en la innovación de unidades como en la evolución en la arquitectura técnica de los autos, ante la transición actual hacia la electrificación. Algunas se dedican a la producción de elementos como kevlar, acero balístico, vidrios y ruedas.
Además, la alianza de varias de las empresas de seguridad con fabricantes de coches incluye la producción de modelos blindados de planta y con garantía de la misma. Incluso, hay casos como EPEL que colaboran con el Gobierno para proteger a sus unidades, o Auto Werk, que unió fuerzas con BMW para el desarrollo y certificación del X5, protegiéndolo contra armas cortas.
«Todos nuestros materiales son certificados y también estamos regulados por diferentes entidades de gobierno, tanto en áreas de seguridad, como serían las secretarías de seguridad de algunos Estados o las direcciones de seguridad federal, que son adscritas a la Secretaría de Seguridad Pública y Protección Ciudadana», explicó Hernández.
«Y también estamos en el tema de actividades vulnerables, en donde nosotros recabamos y nos aseguramos de que las personas que nos están comprando nuestros vehículos, los están usando para protegerse y que sean personas de bien».
Si bien las cifras de vehículos equipados con estos sistemas siguen en aumento, de hasta 10 por ciento por año, y el hecho de que México es el segundo país con más unidades blindadas registradas a escala internacional, se estima que la cantidad ronde las 4,000 unidades por año. Brasil, quien lidera el ranking, blinda 30,000 autos por año.
Desde 2020, algunas empresas reportan un alza en la demanda en nuestro territorio y en Centroamérica.
El costo de cada unidad puede ser de, al menos, 350 mil pesos, y puede ascender hasta el millón; sin embargo, tal como otros organismos como el Consejo Nacional de la Industria de la Balística, el hecho de que la delincuencia organizada sigue perfeccionando sus modos de ataque y escalando su intensidad.
«Es importante que en México pensemos en la cultura de la prevención, un vehículo blindado no quiere decir que nosotros estamos en actividades ilícitas ni nada de eso, es bajar el nivel de riesgo, y muchas personas han dedicado muchísimo dinero a proteger sus casas, a comprar seguros, seguros de gastos médicos mayores, haber educado a sus hijos, a fundar sus empresas», explicó Hernández.
«Muchas personas podrían también bajar su nivel de riesgo en ciudades donde, a veces, pueden suceder cosas a través de un vehículo blindado y mirarlo como algo de tranquilidad y no algo de terror o de un problema que puedan tener, sino más bien para bajar su nivel de riesgo y estar tranquilos mientras tienen su vida normal».